Título: El día azul de la venganza
Autor: Francisco Javier Sánchez Manzano
Editorial: Esdrújula Ediciones (Colección Sístole)
Año de edición: 2020
Nº de edición: primera
Nº de páginas: 139
Con este nuevo libro de Sánchez Manzano he cambiado mi método de trabajo a la hora de hacer la reseña: si en los demás casos, la he escrito de forma inmediata para no perder las impresiones obtenidas durante la lectura, con él he preferido esperar a que se asentaran un poco y no parecer demasiado apasionada. Sin embargo, no ha hecho efecto y, si esta reseña llegara al autor del libro, aprovecho para darle las gracias por haberme hecho recuperar la chispa de la pasión por la lectura que perdí hace tiempo; y es que son pocos los escritores que últimamente me empujan a seguir leyéndoles y a que espere con ansias su nuevo libro sin importar si continúan el anterior o cambian de género.
En El día azul de la venganza, un escritor ve tambalear su carrera profesional y su pasión cuando se entera que un autor de renombre ha ganado uno de los premios literarios más importantes del país gracias a un libro que se parece sospechosamente al que él le envió. Se traslada a una localidad de la costa tropical del sur de España en busca de soledad y tranquilidad, pero ese pueblo casi perdido oculta turbios asuntos con oscuros personajes que se cruzarán en su camino o…tal vez, sea al revés.
Sánchez Manzano ya ha demostrado en otros libros su maestría en la narración y, sobre todo, en la descripción de lugares que empuja al lector a comprender los sentimientos de los personajes. Su forma de contar es muy cinematográfica y, además, tan completa que no podemos dejar de percibir las escenas, como si de una película clásica del género negro se tratara.
El autor no nos hace esperar para introducirnos de lleno en la acción de su novela y ya, en las primeras páginas, presenta un giro insospechado que nos lleva a una historia del más puro estilo noir.
Como amante que es del cine negro americano, utiliza un refinado sarcasmo que provoca una sonrisa y, a veces, hasta una carcajada, y sus personajes, como suele ocurrir en este género, son individuos con un mundo interior repleto de proyectos, pasiones, adrenalina, pero también, de confusión y oscuridad. Siempre hay un antagonista o un villano, pero eso no significa que sea el protagonista el modelo a seguir.
Con su forma de narrar rápida y atrevida, el lector se mantiene en una tensión constante hasta el último renglón, acompañada por un ávido interés hacia el protagonista que llegamos a conocer hasta lo más íntimo gracias a los saltos temporales que se producen a lo largo de la historia.
Pero como ya es costumbre en Francisco Javier Sánchez Manzano, su novela no es solo una historia de acción y violencia con una trama bien trabajada, sino que además está salpicada de reflexiones o pensamientos y recoge un tema escondido, pero que suele ser más profundo. Para llegar a él, tendremos que adentrarnos en la historia y conocer bien a sus personajes.

Era el mejor o el peor de los lugares para olvidar. Un pequeño pueblo escondido entre dos provincias andaluzas, una bahía de calma a la que solo se podía llegar por una carretera sinuosa de asfalto roto, cinco o seis kilómetro después de haber abandonado la autopista por una salida que, en realidad, indicaba el nombre de otra localidad.
Sánchez Manzano siempre encuentra un lugar apropiado donde situar su novela negra, incluso en lugares imposibles como la turística y bulliciosa costa andaluza. Su descripción muestra a la perfección el estilo de vida y carácter del pueblo: una zona bien situada en la costa, cerca de la urbe, pero a la que hay que dirigirse con intención porque no se llega a ella por casualidad.
No, no era dinero lo que había ido a buscar en aquel pueblo, pero uno no encuentra lo que busca, sino lo que la realidad le entrega.
Como es habitual, las novelas de Francisco Javier Sánchez siempre están llenas de mensajes que uno puede interpretar a su conveniencia. Entre otras cosas, nos enseña que hay que aprovechar las oportunidades. Puede ser difícil para nosotros o, incluso, encontrarnos en una situación que va en contra de nuestros principios, pero no hay otra forma de avanzar y de salir de un bucle de monotonía si no aceptamos el riesgo.
…un restregón en el paragolpes delantero, manchado de pintura roja. Frente a él vio el Volkswagen rojo de Benjamín Vargas, el vecino del tercero. Rojo y en botella..
Esta es una seña de identidad del autor y no me he resistido en plasmarla aquí: su humor inteligente y su peculiar forma de utilizar las frases hechas. Es una manera de suavizar la tensión que se va desarrollando durante la trama y que provoca más de una risa.
Has venido a mí para morir
bajo un cielo que deja su pena dulce en tus labios salados;
ahora callados
de amor
Y esta noche, por fin, me reúno contigo en silencio,
guiado por el brillo apagado
de la luna de espejo,
de las olas que arrullan; nado hasta tu reino,
de nuevo, solos, el tiempo,
tú y yo.
El autor muestra también en este libro una parte más intimista entre escenas de acción y tensión y lo introduce a la perfección con este poema de versos libres.

Van a por ti. Ten cuidado.
No le sorprendió aquella confirmación de que pronto sucedería algo. Lo esperaba. En cierto modo, lo deseaba.
Hay una contraposición entre el anhelo de soledad e introspección y la búsqueda de emociones fuertes del personaje. Es una muestra del estado del protagonista que se ha aislado unos días a tomar una decisión importante para su futuro, pero, al mismo tiempo, se lanza a situaciones que pueden hacer peligrar su vida. Esta es una encrucijada en la que se encuentra el personaje a menudo: le dan una oportunidad para salir de ahí ileso, pero, por propia voluntad, se va metiendo en un entramado cada vez más oscuro y peligroso.
Al poco de regresar a Estados Unidos, sin embargo, recibió una carta de Agnes. Ella le decía que no deseaba seguir con la relación. Hemingway se quedó hecho polvo. Por eso se marchó a Europa. Para olvidar.
—Para olvidar el dolor —repetí. Me giré y le hablé a la cámara imaginaria que me filmaba—: Igual que tú, Tomás.
Tomás echó la silla hacia atrás y se alejó del teclado. ¿Cómo osaba ese personaje convertirse en su conciencia?»
Este es, para mí, uno de los pasajes más intrigantes del libro. El escritor protagonista está escribiendo una nueva novela. Hay veces que se incluyen extractos para que sigamos su historia. En esta ocasión, Tomás está tan inmerso en su trabajo que hasta el personaje que él ha creado se dirige a él. ¿Le habrá ocurrido alguna vez al autor de este libro?
De repente lo que le suceda a Corpas le importa un comino.
Este es uno de los mensajes que se extraen de este libro: la importancia de saber elegir las batallas. No se trata de abandonarlas cuando se sospeche que están perdidas, sino de olvidarlas si el resultado no nos aporta nada.
En definitiva, este es un libro rápido e intenso. Muy actual, en el que se vislumbran las primeras señales de la pandemia que estamos sufriendo y, también, muy real; tanto, que no se puede evitar hacer paralelismos con nuestra realidad social, política y cultural. En El día azul de la venganza, Sánchez Manzano se ha vuelto a superar, sigue dando al lector mucho más de lo que se pide de una novela negra y esto hará que siga aumentando su legión de amantes y curiosos del lado oscuro de la naturaleza humana.
Olga Lafuente.

Parece muy interesante. Le augurio éxito. Enhorabuena y mucha suerte. Abrazos
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Muchas gracias. Estoy segura de lo que dices. Sus novelas atrapan.
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Excelente reseña, como siempre cargada de la pasión muy tuya, que te lleva a escribirla y a invitarnos a leer otro libro imperdible. Gracias. .👌😍😍😍😍😍👏👏👏👏
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Gracias, Judith. Tienes razón en lo que dices sobre la pasión. Si no la siento, me es imposible escribir sobre un libro. 😘
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Gracias a ti, amiga, por estos regalos que nos haces🙏🥰🥰🥰
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Reblogueó esto en Gibran HD.
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Una gran reseña.
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