Un café con Alicia Adam
1. ¿Por qué elegiste ese título?
El título fue una casualidad, una amiga (Jude) después de leer la manera en la que escribo, después de ver el estilo de mis relatos me dio el apodo de «El espejo de todos los mundos», y eso fue el mismo día que estaba buscando un título, así que se lo dije en ese momento, «llegaste como caída del cielo» . El título originalmente iba ser «13 rela textos». Pero lo modifiqué el día que lo publiqué.
2. ¿A qué tipo de lector/a se dirige tu libro?
Estoy muy nervioso por no saber eso, es decir, es para todo el público maduro, mayores de dieciocho, y que no sean sensibles a los temas fuertes como la pederastia, la prostitución o la homosexualidad. Siento que algunos miembros devotos del catolicismo pudieran sentirse atacados, pero no significa que no puedan leerlo.
3. ¿Qué mensaje deseas transmitir con tu obra?
La finalidad es hacer consciencia, tomar los problemas sociales que realmente existen y dárselos al lector en modo de cuentos de ficción. Quisiera llegar al subconsciente de las personas y dejar plantados los problemas escondidos en algunos de los cuentos del libro.
4. ¿Cuáles son los aspectos que destacarías en este libro o en tu forma de escribir?
La idea era exponer miedo en todos los cuentos, creo que todos los cuentos (los doce) tienen un toque de terror en cada uno de ellos, incluso si eres temeroso, al final del libro viene un poema que pudiera dar un poco de miedo, depende creo, de los nervios del lector.
5. ¿Alguna anécdota a destacar durante el proceso de escritura?
Lo único que puedo decir es que aprendí mucho durante el proceso, tanto investigando un poco los temas de los cuentos, como por las personas que conocí. Aprendí el mismo proceso de escribir y publicar. Todo eso es nuevo para mí y es un anécdota por completo.
6. ¿Alguna recomendación a personas que están empezando a escribir y se plantean autopublicar?
Que fijen un horario para escribir, y que hagan un blog, que hagan retos de Twitter y que se acerquen a pedir consejos y tips a personas que son profesionales, que pongan sus relatos a participar en programas de radio y en páginas de escritores. Todo sirve mientras tengan ganas de escribir y de contar algo que tengan guardado en sus cerebros.