Título: Tras la alambrada
Autor: Cristina Bermejo Rey
Año de edición: 2022
N° de páginas: 282
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SINOPSIS
Tras la alambrada es la quinta novela de Cristina Bermejo Rey y germinó después de que la autora viera el documental de Álvaro Dorado: Auschwitz, la fábrica de muerte.
La obra es una ficción histórica compuesta de quince capítulos repartidos en dos partes, además de un epílogo y una recopilación de la banda sonora que ha ido citando la autora a lo largo del libro.
En esta novela histórica nos adentramos hasta el corazón de la fábrica de la muerte: Auschwitz, donde conoceremos las historias y vivencias de varios de sus internos y, también, las de algunos de sus verdugos.
A lo largo de todo el libro, los lectores experimentaremos el ambiente de angustia constante de un lugar que recibe la llegada imparable de nuevos prisioneros con la amenaza creciente de la muerte que se cierne sobre ellos.
En las historias que traen consigo los personajes, desde ese tren de ganado, hay un mundo de traiciones, de delaciones entre amigos o compañeros, de despedidas o separaciones forzosas, y del que nadie está a salvo.
De esta manera, Cristina Bermejo nos dará a conocer una situación de odio extremo, pero una realidad, también, donde los sentimientos se confunden y cuyos protagonistas pueden no llegar a identificar por no saber lo que realmente sienten o, bien, porque no se atreven a reconocerlo.
Al mismo tiempo, la autora nos descubrirá un lugar en el que la esperanza es el único clavo ardiendo al que agarrarse. Eso, y la música, que es capaz de extraer los sentimientos más reprimidos de todos ellos.
Los personajes de la novela son una universalidad de creencias, ideologías, razas, identidades, y de dos bandos contrarios que, a veces, pueden estar más unidos de lo que nosotros podríamos llegar a imaginar.
En esta historia de amor, desengaños y traiciones, Rebeca, la pequeña judía, es salvada del campo de exterminio, gracias a los Kautzmann, un matrimonio nazi compuesto por un médico y una guardiana del campo de concentración, quien la elige como sirvienta. Sin embargo, no se tratará de una obra altruista; la muchacha tiene que vivir bajo la constante amenaza visual de las chimeneas de Auschwitz. José, el chófer judío del matrimonio, se convierte en el ángel de la guarda de Rebeca, a quien prevendrá de la magnitud de la maldad a la que pueden llegar los Kautzmann. Koch, el oficial nazi de la cicatriz, vuelca sus complejos y temores de forma brutal y cruel sobre los prisioneros del campo de exterminio. Himmel, el artista bisexual, se convierte, sin él quererlo, en la representación del instinto de supervivencia. Y Julia y Elisa, las dos españolas de la Resistencia francesa, y Juan, el marido de esta última, sufrirán las terribles consecuencias de la traición que los llevará a un campo de exterminio donde serán seleccionados, usados y tratados como ganado.
Todos ellos conformarán un ovillo de historias y experiencias personales que se unirán y separarán a capricho de los nazis que allí se encuentran.

CÓMO ES LA OBRA
Tras la alambrada es una obra escrita por una autora experimentada que ha utilizado varios narradores y diferentes voces: está el narrador en primera persona que nos relata su historia a modo de recuerdos, otro que nos la cuenta en tiempo presente, y, por supuesto, no falta el narrador omnisciente a partir de la segunda parte. Entre todos ellos tejen un relato que nos da una visión completa de ese mundo del odio y la sinrazón.
Toda la obra está plagada de fantásticas metáforas, principalmente, por su sencillez y significado; sin embargo, la autora es enemiga de los eufemismos y no faltan símiles terribles y crueles, desde la perspectiva de los nazis, como cuando se refieren a los judíos como «ganado» o, a los niños elegidos por los médicos, como «cobayas».
A lo largo de todo el libro, se observa un trabajo elaborado, tanto en la narración como en la apariencia, mostrando gran cuidado en el encabezamiento de cada capítulo, que presenta una ilustración en relación con el mismo y una tipografía propia de la época.
Cada capítulo de la primera parte está presentado por una estrofa de una canción, en su mayoría, de Amaral. En la segunda parte, también nos encontramos con algunas, aunque, aquí, los capítulos están, por lo general, encabezados por citas extraídas del documental de Álvaro Dorado, Auschwitz, la fábrica de muerte. Y es que la música es protagonista en toda la obra, en la que la autora hace demostración de un gran conocimiento de las canciones de la Resistencia y sus versiones.
Pero si hay un elemento que caracteriza Tras la alambrada, ese es la progresiva dureza del relato. Si empieza de una manera terrible, su crudeza va evolucionando hasta llegar a momentos inimaginables.
MOMENTOS A DESTACAR
Sentía mi corazón golpear fuerte contra el pecho, los labios de mamá sobre mi pelo, sus brazos cubriéndome el cuerpo… mientras la trampilla se abría y las voces sonaban más cerca: hombres hablando entre ellos en aquel idioma más parecido a un ladrido, escupiendo palabras que no entendía.
Tras la alambrada tiene un comienzo muy fuerte, con frases cortas y rápidas, como si fueran los latidos del corazón de la protagonista luchando por sobrevivir a un momento brutal. Con él se traslada al lector la angustia.
El olor me asfixia, el calor me ahoga, pero estoy con ella, con mi querida Elisa, con mi gran amiga.
… El tren inicia la marcha y el miedo ocupa el lugar de las mariposas que antaño volaban en mi estómago.
Metáforas como esta, tan hermosas y elegantes, nos sorprenden a lo largo de esta historia tan trágica. Son momentos poéticos que se agradecen entre tanto sufrimiento.

Elisa sonrió y miró a Julia, que le devolvió el gesto con un guiño. Se habían burlado de todos ellos: quizá tuvieran que cantar temas edulcorados para evitar problemas, pero si había un lugar que aquellos hombres que las observaban no podían invadir, era su mente: y allí seguirían entonando libres cantos de resistencia hasta el final.
Este es un ejemplo de que, incluso en los momentos más terribles, hay lugar para la esperanza y ternura junto con los de lucha y resistencia.
Y Rebeca, la sirvienta de la carta y el lápiz de ojos entre las manos, que no soltó ni siquiera cuando la ayudaron a subirse al tren que los llevó a Varsovia, pudo, por fin, derramar lágrimas amargas…
Cuánta tristeza se expone aquí, qué forma tan magnífica de mostrar los sentimientos de los personajes y de transmitirlos al lector.
QUÉ ME HA PARECIDO LA OBRA
Los ingredientes predominantes de Tras la alambrada son la violencia y sufrimiento que se muestran a lo largo de toda la obra, como no podía ser de otra manera en una novela localizada en un campo de exterminio nazi.
Su inicio ya se puede calificar de terrible sin que la autora dé opción al lector para una preparación al escenario con el que se va a encontrar. Estas actuaciones violentas tan prematuras ya prometen una trama dura llena de sucesos, cuanto menos, turbadores.
De hecho, Cristina Bermejo nos convierte en espectadores de una atrocidad que va en aumento, y que se proyectan como golpes al lector para que este entienda la magnitud de lo acontecido.
Es por esto por lo que nos encontramos ante un libro muy duro para leer por la crueldad que plasma. A veces, también es difícil seguirlo por los cambios de narrador, pero la autora ha sabido mantener el interés y atrapar la atención del lector.
Sin embargo, no todo es violencia en esta historia; también existen escenas relajadas que nos dan un respiro: se tratan de momentos tranquilos y tiernos que se agradecen entre tanta crueldad.
Esto es así porque Cristina Bermejo Rey ha colocado a la música como un elemento primordial de esta novela, al establecerla como una técnica de evasión en situaciones que superan los límites de la resistencia humana. La música y las canciones se constituyen como una de las maneras de alargar la vida y la esperanza cuando todo ya está perdido. Es curioso cómo, de esta manera, la autora transmite al lector un pequeño atisbo de optimismo sobre el destino de los personajes. En realidad, nos está mostrando lo mismo que sentiría cada uno de los que vivieron el Holocausto.
Cristina Bermejo nos muestra, también, la cotidianidad de los miembros de la raza aria y llama mucho la atención el hecho de que exista una jerarquía social tan fuertemente establecida, incluso, en el ámbito doméstico; en este caso, entre hombres y mujeres.
Precisamente, gracias a la magnífica manera que tiene la autora de crear un ambiente propicio antes de narrar un acontecimiento, ella nos muestra la parte oculta de los antagonistas: sus defectos y sus complejos, y, tal vez, la razón por la que manifiestan tanta maldad.
Es, justamente, en estos momentos, en los que uno no puede dejar de preguntarse «¿Hay una forma de alimentar el odio? ¿Existe un proceso por el cual la gente se vuelve malvada?» Cristina Bermejo no se posiciona con una parte poniendo a la otra como unos malvados sin razón, sino que, en ocasiones, se vislumbra algo de conciencia, también, en el lado contrario.
Y es que, junto a la crueldad que manifiestan los que se encuentran en el bando de los «superiores», hay otro comportamiento cómplice: la absurda lealtad de los miembros de «raza inferior» que viven de los halagos de los primeros y que están dispuestos a cualquier extremo con tal de agasajarlos.
En definitiva, Tras la alambrada de Cristina Bermejo Rey es una olla a presión en la que los sentimientos ebullen, pero, sobre todo, es una maravilla de libro por todas las emociones que transmite. Es una triste pero grandiosa historia de amor, de amistad y homenaje a la música.

Olga Lafuente.
Muchas gracias Olga por hacer una reseña de una obra que puede pasar desapercibida si no se le da voz y tú lo haces muy bien, amiga la literatura tiene vida y en nuestras manos está su difusión.
Me ha encantado la estructura de la reseña con mucho grano y nada de paja.
Un acierto contar su génesis, es muy importante saber de que manantial nacen las buenas letras.
Genial por indicar que parte de un documental, lo que me habla de una unión perfecta entre novela, guion y cine. Y que decir al hablar de la banda sonora contenida al comienzo de cada capítulo, todo un acierto porque esa música da ritmo y habla de sentimiento…
Al resaltar el uso de varios narradores y varias voces, me afirma en la calidad de la escritora. Es muy difícil dominar esa técnica por la atención que debe de llevar en utilizar el tiempo correcto para no sacarnos de la historia y por lo tanto hacernos participes viviendo cada capítulo.
En los momentos a destacar, has hecho una muy buena elección al resaltar los sonidos de angustia, del tren con destino de ida sin vuelta, el calor y algo muy importante que me lleva siempre a cualquier escrito: los olores…
Gracias Olga por esta buena reseña en la que te deja con ganas de entrar a la obra para vivir y sentir la magia de las letras. Muchas gracias por tu buen trabajo.
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Gracias, Santi. Lo de las canciones que acompañan a la obra, ya lo he visto en otra ocasión; aún no sé si es por amenizar al lector o porque el autor se vale de ellas como inspiración. Tal vez sea por las dos cosas, aunque cuando he escrito escuchando música, mi imaginación fluía como un manantial, y me gusta pensar que el escritor menciona las canciones que oia mientras escribía cada pasaje.
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Vaya, Olga, vuelves a «engatusarme» con tus reseñas, apuntado para lectura este libro.
Es muy curioso, que en los dos últimos años, llevo leyendo muchas novelas, y también poesía, en la que los autores amenizan sus escritos con música, lo que hace preguntarme si será ahora una tendencia.
Me encantó tu reseña, Olga.
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Gracias, Mary. Es verdad que, últimamente, hay muchos autores que van mencionando canciones en cada capítulo. No sé si será por poner una especie de banda sonora, como en las películas, o por homenaje a algún autor, pero, a fin de cuentas, están haciendo una gran labor de difusión de la música porque siempre despiertan la curiosidad y nos empujan a investigar.
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He vuelto a leerte Olga. Me gustaría empezar hablando del detalle. Es que he leído muchas reseñas y hasta ahora no he leído a nadie que me envuelva en la historia como lo haces tú. Y eso me parece tiene que ver con el detalle. La música que muestras como el elemento de ambiente se convierte según leo en un personaje más de esta novela. La verdad es que me parece que muy inteligente de la autora. Cuando leí tu reseña hace unos días me gustó y ahora que la he vuelto a leer para comentarte, pues has hecho que me anote el libro. Gracias
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Muchísimas gracias por tu comentario, Karina. Respuestas como la tuya son motivación suficiente para continuar. Me alegro mucho de que en mis reseñas se pueda percibir algo más que una enumeración de datos y mi simple opinión. La verdad es que, como tú dices, la música es un personaje más de la novela y se convierte en protagonista absoluta. De hecho, dos de las protagonistas están inspiradas en dos cantautoras: Julia León y Elisa Serna que, aunque no son de la misma generación, son las que dan nombre a las protagonistas.
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