
Lentitud.
Me perderé
entre la desnudez de los árboles de invierno,
despacio hasta el centro,
dedos, talón, talón, dedos.
Será el rastro un camino de blusas, abrigos, dermis
sobre ramas, hojas secas, barro, charcos de agua.
El esternón despojado, como ellos.
Inmersión.
Injerida en medio de los troncos
el silencio dará la señal,
viento reposado, silbidos desde las copas.
Aceptada,
pisaré firme los pétalos descompuestos
que alfombran el suelo
endurecido por el frío.
De mis pies brotarán
raíces para incrustarse en la tierra
tocar las perpetuas cepas de los demás,
absorber sus virtudes.

Amalgama.
Por fin, me quedaré inmóvil
los brazos desplegados,
la cara en el cielo, el azul en los ojos.
Corteza somera me envolverá tres veces.
No sentiré algidez.
Seré albura joven.
Percibiré la médula empujando energía por mi cuerpo
Transformaré una nueva yo,
mi pecho quemará de satisfacción
mientras mis piernas se llenan del vigor lozano.
Calma.
Respiro.
Será un día soleado de invierno,
en febrero.
Un día que ya empiezo a recordar.

Autora: Karina Miñano Peña
Karina Miñano es escritora y marketera digital. Hizo periodismo, trabajó como analista de
comunicaciones y como profesora de análisis de mensajes y semiótica de la universidad San Martin de Porres en Lima, Perú. En Holanda, promueve el idioma español; es parte del grupo de consejeros del fondo de literatura holandesa donde analiza y recomienda la traducción al holandés de libros de autores hispanohablantes. Karina escribe poesía. relatos, microrrelatos para los blogs: papeles encontrados, liberemos las palabras y círculo dilecto. Actualmente, combina su amor por el marketing con su pasión por la literatura. Su primer poema «Mutilada» ganó el segundo lugar en el concurso para el Día de la Dona (OSC Salt Concurs Poesia, Comarques Gironines Spain en 2019). Su primera novela Remolino de Sueños salió al mercado en junio del 2021.

Qué nivel tan alto de poesía. Cuánta calidad. Es un poema con una cadencia que inspira paz y fortaleza. Es una maravilla.
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Muchas gracias Olga.
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Perderse o quizá el destino es un encontrarse entre esa desnudez de árboles de invierno, caminando hasta ese centro con el ritmo de dedos, talón, talón, dedos… Blusas, abrigos y también esta piel dejaremos el rastro que otros también dejarán, pero lo que siempre quedará para la eternidad serán tus versos danzando para los futuros amantes de la poesía que están por llegar. Gracias por crear.
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Muchas gracias por la bonitas palabras, Santiago
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*las
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A tí por crear
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Que fantástico poema. Una maravilla.
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Muchas gracias 🙂
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