Domingo por la mañana, el silencio se rompe con unas risitas disimuladas. Unos pies pequeños y descalzos atraviesan el pasillo de aquí para allá, y de allá para acá. De una habitación a otra.
¿Por que se despiertan tan temprano? Ese par de duendes que piensan en solamente diversión, desde que abren los ojos hasta que los cierran.
La alegoría de una vida, en un domingo.
No es que sea un adulto obsesionado con dormir, no es que este muy cansado. Es que, se llega a un punto donde se anhela el descanso eterno. Dormir para nunca despertar. Entrar en un sueño donde existe otra versión que contar.
Los niños no anhelan ese descanso, ellos quieren vivir. La diversión eterna da vida, y por eso ellos solamente quieren diversión.
Es en la vejez, cuando se retoma el ritmo del sueño, dependiendo de la vida que se tuvo.
Si viviste y te divertiste, anhelaras una muerte digna, y pacífica. Pero si amargaste los momentos de diversión, entonces el insomnio llegara por ti, para darte una segunda oportunidad.
Diviertete cuando tengas que divertirte, y duerme cuando sientas ganas de dormir. Haz eso por ti, y no olvides aprender de esos que, tienen muchas ganas de vivir.
Revista Submarino de hojalata 
Muy en tu línea, Gibran. Bonito y tenebroso.
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Muchas gracias Olga 🥰
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¡Gibran como me gusta! Sobre todo porque has introducido el sentido del humor que suele escasear, a veces, así que chapó compañero y muchas gracias por este relato que me ha hecho sonreír. 🙂
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Gracias Rebeca!! ☺️ captaste la idea.
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Que buen relato Gibrán, me han encantado muchas frases: El anhelo del sueño eterno, y su contraposición: La diversión eterna de la vida.
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Gracias MariJo! ☺️
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Un relato que es un regalo. Me ha encantado. ¡Enhorabuena!
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Gracias 🥰
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Me ha gustado ver el proceso de una gran parte de la vida en tan pocas palabras. Supongo, que el sueño eterno es donde residen los escritores. Inventadillo historias, poesías, y demás.
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