Caer

Vuelo en rutina, del zócalo a su ventana, de su ventana al laguito y, del laguito a mi nogal.

Humano joven, feliz y de pelo negro, me da a comer, migajitas de pan.

Con mochila al hombro, camina en rutina. De su nido al parque, del parque a la escuela, de la escuela al laguito, y del laguito a su nido.

Día a día sonriente, día a día yo, pan comía.
«Gracias hermano pelinegro, por compartirme en tu travesía»

«Gracias hermano, que final no encuentre nunca, tu alegría»

Novedad era ver al joven silbando, con flores en una mano y, en la otra, doble ración de migajas para mí.

«Hermano ave, hoy le confesaré mis sentimientos» me dijo.

Con el favor de San Valentin, novedad era ver. Abajo en el laguito, al pelinegro y pelirroja, arriba en el cielo yo y, mas arriba, los sueños, las ilusiones, el amor.

Caminando, volando y soñando en rutina, mochilas, migajas y besitos. Su ave, pelinegro y pelirroja.

Novedad fue ver, mucho amor y mucha oscuridad,
debajo de mi nogal.
Desnuda la noche, y desnuda el alma.
Novedad que se hizo rutina de noche, como de día.

Triste novedad fue ver, otra vez, pelirroja esperando.
Cuando, con garras y colmillos, una bestia llegó antes que pelinegro.
Desnudez, violencia, llantos y sangre. Rasguños, mordidas y muerte.

«Lo siento hermano pelinegro, mis alas pequeñas y un piquito, no pudieron nada mas que, atestiguar»

Con mochila al hombro, caminaba en rutina. Día a día la tristeza lo invadía. Sombría su vida, desabrida su comida.

Novedad desgarradora ver, que la fuerza de mi nogal, del cuello lo sostenía. El viento sopló para romper la cuerda.

«Gracias amigo viento por el esfuerzo, lástima que fue tarde»

Su cuerpo danzó y giró en la cuerda, hasta que esta se rompió. Pelinegro entregó su alma,
en el mismo lugar que pelirroja. Cayó enamorado, cayó al suelo sin vida.

Vuelo en rutina, del zócalo a su ventana, dónde ya no está, de su ventana al laguito, del laguito a su tumba, y de ahí, no me quiero regresar al nogal. Quiero caer también, volar al lado de las almas de pelinegro y pelirroja, entre sueños, mochilas, amor, migajas y besitos.

5 Comentarios

  1. Que relato tan enternecedor Gibran, nunca, nunca, dejas de sorprenderme para bien. Ese punto de amor y ausencia, del buen querer. Casi entre un relato y un poema. ¡Me ha encantado! Muchas gracias por compartir estas joyas con nosotr@s. Un abrazo enoooormeeee. 🙂

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