Carlos entró a la cava despacio. Desde que el abogado le había notificado que era el heredero de la casa de campo del abuelo, él solo había pensado en esa cava que guardaba sus tesoros. Dado el gran valor de la finca, sus tíos, hermanos y primos habían impugnado el testamento, razón por la cual le había tomado más de tres años poder tomar posesión de la mansión y de su contenido.
Para su desesperación, el notario había hecho poner sellos que impedían el acceso a la propiedad, así es que Carlos sabía del desastre que encontraría en Villa Donna. Los primeros meses había buscado la forma de ingresar, pero las cadenas y candados alrededor de la única puerta de acceso a la finca se lo habían impedido. Él sabía que los muros eran imposibles de escalar. Su abuelo se había construido una fortaleza inexpugnable.
Al entrar a la casa, buscó señales de alteración, pero todo estaba tal cual se había quedado después del funeral del abuelo. Bajó a la cava y vio que todas las botellas de vino estaban en su sitio. Descorchó una de las favoritas del viejo y disfrutó la copa. Tenía trabajo que hacer. Una a una, fue retirando botellas hasta poder ver un panel digital. Tecleó los números que el abuelo le había compartido, aquel día en que por vez primera le había compartido sus tesoros..el cumpleaños 17 de Carlos.
La pesada puerta de acero de aquella peculiar habitación del pánico se abrió y Carlos contuvo la respiración para evitar el hedor de los cuerpos de las tres mujeres que sabía encontraría ahí; estaban momificadas con la expresión propia de quien muere por la falta de agua y alimento por tiempo prolongado. Acarició el cabello de Lila, su preferida y dio un sorbo a su copa. Pensó entonces que después de limpiar tendría que salir a conseguir nuevos tesoros y exclamó: «¡Cómo te extrañaré en la cacería, viejo!».
Video disponible en: https://youtu.be/obWXMqBLLWA
Una buena instrucción la del abuelo. ¡Qué final más bueno! Fantástico relato.
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Me gustó mucho el relato, ¡muchas gracias Maru!
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Un relato tremendamente oscuro y terrorífico y en pocas palabras. Qué buena historia en tan poco espacio, Maru. 👏🏻👏🏻👏🏻
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Gracias, Olga.
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Es uno de mis relatos preferidos, que mantiene la intriga hasta el final.
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