Hace casi un año, en marzo de 2021, en el #ClubdeLecturaOlga, leíamos «Los privilegios del ángel» de Dolores Redondo, Tanto este como el libro del mes anterior, Aquitania de Eva García Sáenz de Urturi, pertenecían a autoras vascas y por esta razón, se creó un hilo sobre la literatura de los vascos.
Es, este, un tema complejo debido a la riqueza de su historia y a sus peculiaridades identitarias. Empezando por el nombre utilizado (literatura de los vascos), en vez de literatura vasca.
Esto es porque la literatura vasca es la que se realiza a través del euskera y sus dialectos, mientras que, en lo que se llama literatura de los vascos, se incluye también la producción en castellano y francés.
La literatura vasca o en euskera tiene un origen oral y popular, principalmente, versos y canciones. Hasta el siglo XVI no empiezan a recogerse escritos y se encontró con grandes obstáculos debido a la variedad de dialectos sin una lengua común.
El euskera también era despreciado por las grandes élites y sufrió su prohibición en la administración y educación. Sobre todo, durante la época franquista haciendo más difícil su desarrollo.
La época dorada de la literatura vasca y del euskera fue durante el Romanticismo. Muchos autores se interesaron por esta cultura y sus lenguas, y el Príncipe Louis Lucien Bonaparte contribuyó a su conocimiento en Europa a través de sus trabajos sobre los dialectos de Euskadi.
Gracias a esta corriente, el país Vasco se relacionó con leyendas y misterios ancestrales en comunión con la naturaleza, con la libertad personal y la pasión.

El Renacimiento Vasco llegó a finales del XIX con el nacionalismo. Se creó la Sociedad de Estudios Vascos, se promovió la fundación de la Real Academia de la Lengua Vasca, se propuso la unificación de la ortografía y se organizaron juegos florales en euskera.
Con la guerra civil española, estas sociedades desaparecieron y el euskera fue prohibido hasta los años 60.
A partir de entonces, surgieron nuevos movimientos culturales, el euskera se adaptó a los estilos literarios europeos y renacieron las competiciones entre bertsolaris.

La literatura de los vascos en castellano corre paralela a la euskera y, a veces se cruzan con grandes escritores que utilizan las dos lenguas como Juan Venancio Araquistáin o Navarro Villoslada que fue el Walter Scott vasco con su obra «Amaya o los vascos en el siglo VIII».
En esta época, Txomin Agirre escribió la primera novela en euskera: «Auñemendiko lorea» (La flor del Pirineo). Una obra histórica con modelos costumbristas que perduraron hasta el siglo XX.
Desde entonces, la literatura vasca sería manifestación de la identidad vasca.
De hecho, casi todos los relatos y novelas escritos en euskera hasta la llegada de la guerra civil española siguieron el modelo de Agirre con autores como Gregorio Mujika o Rosario Artola con sus bertsos en forma de fábula.
Sin embargo, había intelectuales vascos que consideraban que el euskera no tenía capacidad para crear literatura. Uno de ellos era Unamuno. El autor de Paz en la guerra se mostraba contrario al incipiente nacionalismo vasco y creía que el bilingüismo no era posible.
La ideología antinacionalista vasca de Unamuno fue seguida por el prolífico donostiarra Pío Baroja, cuyas obras se situaban, principalmente, en el entorno vasco, pero con personajes inadaptados o desencantados.
Con la llegada de la guerra civil y la dictadura franquista, el euskera se censuró en todas sus manifestaciones, llegándose incluso a prohibir los nombres vascos. Por lo que no se puede encontrar una actividad literaria normalizada en este idioma hasta los años 50 del siglo XX.
Hay, entonces, un resurgimiento de la literatura vasca. Pasó al existencialismo imperante en Europa y, más tarde, a la novela social de los 80. Pero mención especial merece José Antonio Loidi, autor de la primera novela policíaca en euskera, «Hamabost egun Urgainen».
En estos años también hubo gran número de autores vascos en castellano. En este caso, existía un eclecticismo con todo tipo de estilos y géneros, aunque siempre predominó la novela. Entre ellos, destaca Ramiro Pinilla, ganador del Premio Nadal y del Premio Nacional de Narrativa.
En el nuevo siglo, la literatura en euskera está más que consolidada con multitud de autores y traducciones. También impera la novela y los más destacados son Unai Elorriaga y Kirmen Uribe, ambos, Premio Nacional de Narrativa con sus obras en euskera.
Hoy, la literatura en Euskadi es muy prolífica. Entre todos los géneros que aporta, el entorno, contexto y atmósfera del País Vasco son factores idóneos para la creación de una novela negra que traspasa fronteras. Ejemplos son Fernando Aramburu y Dolores Redondo.
La literatura vasca se ha manifestado como una de las más ricas en calidad y cantidad. Ha cruzado fronteras por el talento de sus autores y por la lengua que utilizan, porque no solo se escribe en euskera o castellano, sino también en francés y, con su salto a América, en inglés.

Olga Lafuente.
Dolores Redondo es una de mis autoras preferidas. La verdad es que la novela: Los privilegios del ángel, me rompió mucho los esquemas que tenía de la autora. La historia era muy diferente a lo que había leído de ella. No solo un género muy distinto, sino tambien la forma de escritura era muy distinta, pero llegué al final de la historia y de nuevo me rompió los esquemas la escritora, ¡qué maravilla! lo menos esperado ahí lo encontré dando sentido a toda la novela.
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Se nota que es su primera obra. Ya escribía muy bien, pero me gusta más ahora
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