Raquel Aedo se ha dedicado desde siempre a escribir e imaginar. Lo demostró trabajando en publicidad durante muchos años. Tomó la comedia de la mano, y se dedica a escribir sketches, películas, stan up comedy y un podcast. Fue su postura activista, la que me llevó a contactar con ella, para invitarla a regalarnos un texto que estuviera guardado en su creativa imaginación.

El Proyecto
—No sé —dijo el Director, mientras revisaba el documento. — Suena complicado.
—Le aseguro que no, señor —respondió Jaime con su voz frágil y nasal.
Pero el Director no estaba convencido. No es que fuera de esos necios que quieren seguir haciendo las cosas a su manera. Era simplemente que el proyecto de Jaime sonaba demasiado complicado. Ya antes había visto novatos con sueños de reinventar el hilo negro y siempre terminaba en desastre.
—Jaime—dijo el Director en un tono paternalista, pero amoroso —, ¿por qué no intentas con sólo 2 leyes de la física?
Jaime se tomó un segundo para pensar bien su respuesta, y aún así, tartamudeó al empezar a hablar.
— Porque con sólo dos leyes no puedo hacer que el Big—Bang lleve a elementos pesados, y sin elementos pesados no puedo hacer planetas, y sin planetas los humanos no van a empezar a brotar, que es el objetivo de todo el proyecto.
El Director se llevó los dedos al puente de la nariz, invocando paciencia.
— Yo no estoy diciendo que no hagas humanos. Lo que digo es que tu definición de «humano» es muy rebuscada. ¿Para qué ponerles tantos órganos?
— Son indispensables para sostener el metabolismo del cerebro, que es creo, la mejor parte de mi propuesta. Si se fija en la página 549 del libreto…
— Si leí el libreto, Jaime —interrumpió el Director, quien ya empezaba a endurecer el tono de su voz —Pero ese es justo mi problema: esta idea de darles, básicamente una computadora, dentro del cuerpo, ¿qué propósito tiene? La vida siempre ha sido una idea elegante porque es simple. No creo que necesitemos organismos con imaginación, y emociones. Un par de organelos para comer, otro para para moverse y ¡listo! ¿Sí te das cuenta que si les das sensaciones tan complejas también van a tener miedos, odios, terquedad, etc.?
— Sí señor. Pero piense en las posibilidades. Sí. Tendrán todo eso. Pero también las herramientas para enfrentarlo. La idea es que con el tiempo, puedan desarrollarse y ¿quién sabe? Tal vez hasta desarrollar la capacidad de hacer sus propios universos.
El director tenía dos opciones: estallar en rabia. O verdaderamente intentar explicarle a este niño, a este mequetrefe que sólo estaba en la compañía porque era hijo de su mejor diseñador de Universos. Se decidió por la segunda porque aleccionar a un idiota, siempre es más satisfactorio que gritarle.
—Ese cuento ya lo he escuchado antes, Jaime. Esta idea de hacer seres vivos a nuestra imagen y semejanza. Es demasiado difícil. Siempre acaba en tragedia. Te suplico que entiendas, además, el miedo que le daría al resto de la compañía que tuvieras éxito. Si llegaras a lograr que un ser vivo pueda crear, sería posible que nosotros fuimos creados también. Y entonces ¿donde está el inicio? Las implicaciones son demasiadas. Proyecto rechazado.
— Pero señor… —comenzó a protestar Jaime.
— Punto final — dijo el Director.

Jaime se detuvo. Dio las gracias con un gesto de derrota y salió de la sala. Camino en silencio a su oficina. Abrió su computadora y se dispuso a borrar el proyecto. Pero entonces, algo se le ocurrió. Pensó en el Director suplicando comprensión por el daño que le causaría a otros. ¡Eureka! Eso es lo que hacía falta!
Reabrió sus diseños y empezó a trabajar en agregarle empatía a los cerebros de los humanos. Tendría que correr el proyecto sin permiso, pero para cuando los descubrieran, ya sería demasiado tarde. Les mostraría a todos. Abrió su consola de comandos y presionó el botón de inicio.
En el principio, no había nada…
Redes de Raquel Aedo
Wowww, qué bueno. Me encantó. Un gran proyecto, sin dudas👏👏👏👏👏👏👏
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