Se miró durante horas en aquel plano existencial aparentemente equilibrado y pacífico; y trató de respirar aquella desbordante «normalidad» por cada poro. Pero un susurro atiplado, como el eco del Inframundo más burlesco, quebró la superficie pulida, convirtiéndola en incontables pedazos tornasol. El espejo de todos los mundos le mostró la realidad que el bullicio de su habitat (digno de llamar <>) le ocultó durante casi cuatro lustro: la adicción a la oscuridad es inherente a todo ser humano que recuerde la libertad de la holgura preciosa de sus tinieblas. Pobre cielo, que reniega de esta verdad, y se hace vocero de la mentira que otros más arriba le han contado. Pobre mentira, condenada a llover sobre las mentes de los enajenados en luces inexistentes. Al final del túnel no hay más que oscuridad; ausencia; porque solo de la nada se puede crear algo nuevo, y claro está, mejor.
JudithAA
Fotografías: Pinterest
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Gracias a todas las personas que comparten sus textos cada semana en el reto. ¡Enhorabuena a los textos que han sido seleccionados!
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