Olor que quema (Relato, JudithAA)

Cuando destapó la losa floja encontró lo que tanto había estado buscando. Seguro había estado oculto por más de veinte siglos. Sabía que aquel caserón que parecía ser el asilo de los más exquisitos textos, guardaba algo más. Cada noche, desde su regreso a la ciudad, su tatuaje se volvía más carmín que la sangre, y sentía que por esas líneas en forma de amorfo gusano enroscado, salía toda la vida que inundaba su cuerpo. Cuando abrió el viejo libro, justo en la página 66, lo supo. Los signos extraños que veía en los folios cobraron sentido en su mente; de repente los entendía a la perfección. Le sobrevinieron trillones de imágenes mentales, que no eran más que recuerdos de otras vidas, y otras muertes. Esta vez, el tatuaje no solo se encendió, sino que por primera vez se mostró como una forma más definida, un perfecto ‘6’. Las tablas viejas del piso temblaron, y un hoyo abisal se abrió a sus pies. Su cuerpo seguía siendo el mismo, solo el pequeño 6 rojo marcaba una sutil diferencia. Pero su alma ya no era la misma, porque estaba, simplemente, ausente. En la oscura profundidad del suelo vio una mano que se acercaba a ella y la impelía a aproximar la suya. De aquel tenebroso manojo de falanges huesudas emanó un eco, susurro siniestro impregnado de un vaho caliente con olor a cosas podridas, que repetía: <<Ven, hija mía, tu lugar está justo aquí»>>.

Despertó sobresaltada, envuelta en un olor a ambrosía, mezclado con rosas, hierba buena, y otras delicias imposibles de distinguir. Su corazón le dio tres toques en la boca del estómago; estaba angustiada, y no sabía porqué. Dio un vistazo a todo su alrededor; se miró el cuerpo y tocó cada una de sus partes. Expiró un profundo alivio (que sintió más caliente de lo normal). Supo que había tenido otra pesadilla, y se dejó caer nuevamente sobre la cama. <<Todo está bien, todo está en su lugar. Nada ha cambiado>>, se dijo repetidas veces mientras los latidos regresaban a su compás normal.

Se rascó la piel con saña. Todo estaba igual, ella seguía siendo ella, pero el tatuaje con forma de gusano seguía quemando su antebrazo, por alguna razón que en ese momento no comprendió.

Fotografía: Pinterest

4 Comentarios

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s