El 2021 empezó igual que el 2020,
y puede ser semejante a su macabro, aún palpitante predecesor,
o no;
pero con 365 días acumulados,
de aciertos y tropiezos;
lágrimas, risas, insanidad;
sosiego, ira, asfixia (que no siempre era real);
deseos, toallas tiradas y recogidas;
cicatrices, orgasmos,
abulia, eufórica felicidad;
metas, ganas;
mentira y verdad.
Y sobre todo,
365 días más,
para hacer y deshacer todo eso,
disminuirlo y aumentarlo.
Para forjar nuestra existencia (tan finita como se nos permita)
con la masa volcánica de la libertad.
Fotografía: Pinterest
Visita el blog de JudithAA