Disponía de los dos últimos sacos de café. Ya no existía ningún tipo de plantaciones y había intentado clonar las semillas pero fue en vano. Había viajado por todo el mundo investigando la producción del café, pero le faltaba la semilla pura. Cada semana se sentaba junto a una taza de café bien caliente y diferentes dosieres para seguir la búsqueda de aquella semilla que le permitiera continuar disfrutando de su aroma y sabor.
—¡La Bóveda del Fin del Mundo, en Noruega! Aquí encontraré entre otras, la semilla del cafeto— señaló Loren en el dossier.
Habían pasado ya unos meses y le quedaban apenas unos pocos granos cuando por fin consiguió llegar al recinto. La cámara estaba oculta, ahora tenía que intentar acceder a ella.
—¡Qué maravilla de lugar! No sólo tendremos café, podremos clonar todo tipo de plantas
Impresionante el relato.
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Tremendo relato; aventura, fantasía y suspenso. Genial!!! Me encantó este micro 👏👏👏
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Un gran relato.
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