DECLARACIÓN CITADA DE LA ÚLTIMA VICTIMA:
Inerte. Con la mirada vacía, y tus pensamientos perdidos en algún lugar del espacio infinito.
Soy maldad pura, o pura maldad. ¿Qué te duele más? ¿El alma o el cuerpo? Hoy no hubo golpes, no te resististe ni un poco a la penetración. ¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí conmigo?
Todas son igual que tú. Pasan por las mismas etapas. Primero insultan, golpean, forcejean, muerden y rasguñan. Tontas. Eso me excita. Después pasan a ser calladas y retraídas. Como estas tú ahora mismo. ¿Conoces el síndrome de Estocolmo? Me pasó con dos o tres chicas. Me amaron y desearon. Pero la mayoría mueren de tristeza, o tal vez de hambre. Que mas da. Cada una de ellas termina siendo un cadáver dentro de una bolsa de plástico hundiéndose en el río.
Es aburrido cuando me empiezan a querer. Prefiero la lucha. Siento que es saludable. Siempre las recuerdo. Tú eres la quinceava. ¿Cuántos años dijiste que tenías?
A esa edad me parió mi madre. Y a esa edad asesiné por primera vez. Fue a mi padre… ¿o mi abuelo? Creo que eran la misma persona.
Deja de llorar. A mi madre le metían unas más grandes, de tres al mismo tiempo y hasta las disfrutaba. Tú pudieras cobrar muy bien si cambiaras tu forma de pensar. Pero con esa actitud… bah, no sobrevivirías en el negocio.
Maldita mujer fue mi madre. No recuerdo cual era su argumento, pero me obligaba a verla trabajar. Y si hubiera nacido niña, seguro que me hubiera puesto a revolcarme con cuanto malnacido que llegaba a la casa.
Por eso se fue mi hermana Guadalupe. Perra desagradecida que me abandonó. Jamás regresó por mí.
Pero tú no me abandonarás. Cuando menos no por tu propio pie. ¿Qué susurras? ¿Estas rezando?
¡Pero niña, dios no existe! Te aseguro que ningún dios ni un demonio te pueden escuchar. Me haces reír. No hay cielo ni infierno. Ni el karma ni la justicia divina. Lo único real es el dolor. Eso se siente. ¿De verdad crees que en el universo hay una balanza que equilibra el bien y el mal?…
… ¿Escuchas eso? ¿Son sirenas?
¡Vaya! ¡En eso si puedes creer eh! En las casualidades. Estaba hablando de justicia y se aparecen las patrullas rodeando mi casa.
Policías ilusos. Te aseguro que ellos si creen en todas esas bobadas.
¿Sabes cual sería mi castigo por violar a quince niñas como tú? Si es que se considera violación haberles metido este minúsculo pene. Podría ser grave ¿no?…
…Y sin contar los asesinatos… ¡Pues a la mierda con su justicia, su karma, su cielo y su infierno! ¿Dónde está mi escopeta?
¡Hazte para un lado niña, que mi sangre va a salpicar toda la habitación…!
Como siempre, genial. Un mezcla perfecta de reflexión realista y oscuridad gótica que parece por momentos fantástica 👏👏👏👏
Me gustaLe gusta a 2 personas
Muchas gracias Judith 😊
Me gustaLe gusta a 2 personas