Temporeros cargados
de cestos de sueños,
los cuales recogíamos
con manos enchidas de
deseos.
Temporeros que se comían
a besos mientras que el jugo
de los anhelos chorreaban
entre sus dedos.
Temporeros ciegos ante
el paso del tiempo.
Inconscientes de que, como
el humo, las horas se desvanecen.
Los días pasan y las
noches enfrían las almas.
Bajo el sol, irradian nuevamente
las ganas de labios suaves y manos
que buscan desesperadamente
contemplarte.
Temporeros somos con el tiempo
delimitado.
La cosecha de sueños se acaba
y los jugos ya no manan.
El silencio se impone a las ganas
de manos que se han olvidado, de
labios que ya están exprimidos y no
desean ser besados.
Se termina el tiempo y con él
llega el hondo lamento de marcharnos
por los caminos que atrás dejamos.
Temporeros a los cuales su tiempo
ha llegado.
El calor no atempera ya el
frío de la noche.
📸 PIXABAY
La realidad del anhelo por lo que dejamos atrás, tejidos con una sentida pasión. Magnífico, amigo👏👏👏
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Muchas gracias!!!! ☺️☺️☺️☺️
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😬😉🥰
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Precioso.
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