El mejor de los tiempos cubría la tierra, en una sobredosis de felicidad, mientras el cielo absorbía lo malo a través de los espíritus de aquellos cuyos tiempos ya no eran importantes, porque ellos mismos, en algún momento, así lo habían decidido. Los hombres vivían su venganza tardía. Entre tanto, los dioses rezaban interminables oraciones en busca de la salvación.
Imagen: Pixabay
Magnífico ❤
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