Otro cuento de muñecas (Relato, DraJ)

Me desperté desorientada, la habitación parecía diferente, aunque todos los muebles estaban en el mismo sitio; hasta yo parecía diferente, a pesar de que mis manos, pies y otras partes de mi cuerpo, se veían igual. De repente sentí un estruendo que hizo temblar mis tímpanos, las paredes y el suelo. Solo atiné a esconderme debajo de la cama. Vi una sombra inmensa que cubría como una nube negra todo el recinto; nada podía hacer, sea lo que fuera, era gigante y poderosa, abismal. Aquella sombra arrancó de golpe la cama que me cubría y una figura se mostró; era yo, inmensa, como un gigante. Aquellas manos inmensas de mi otro yo iban directo a mí. Me tomaron por el cuello como a un títere y me sentaron en una silla plástica, que por alguna razón reconocía, aunque no recordaba de dónde. El pavor me hizo cerrar los ojos y apretarlos con las manos, pegadas a  mis rodillas.  Sentí que aquel ser se alejó. Fui abriendo poco a poco los ojos mientras mi miedo iba amainándose paulatinamente. Entonces me miré frente a un espejo con un marco muy caricaturesco (parecía de plástico) y me vi toda vestida con unas grotescas ropas de tul. Seguí subiendo la mirada mientras mi miedo volvía a desequilibrar mis pensamientos. Vi mi rostro convertido en la fascie de mi muñeca favorita y me quedé en mutis, presa de un pánico indescriptible. Ni siquiera podía llorar, esa lágrima sobre mi mejilla solo era un dibujo más en mi maquillaje.

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