Y a veces pienso
en dejar todo este
mar por el que navego,
por el que me pierdo al
igual que se esfuma
la fe.
Pienso en abandonar este
camino de letras
que no he empezado
ni a transitar.
A crecer de una
vez ya
y dejar de soñar
con letras y
versos que son
lanzas
lanzadas sin ton ni son.
A veces pienso en
enterrar a este personaje
con el que navego,
con el que creo que soy
lo que no soy.
Este personaje rodeado
de grandes amigos
que aunque en
la distancia,
están más cerca de
lo que se piensa.
A veces tengo ganas
de mandarlo todo
al infierno del olvido,
ese del que he salido,
he vivido.
Al que vuelvo cada cierto
tiempo.
Se supone que ya no soy
un crío.
Que he vivido,
que estoy en la
mitad de la vida,
que por detrás ya
tengo más camino
recorrido que lo que
me queda por recorrer.
Que he madurado
aunque del árbol
aún no me haya soltado.
A veces pienso que
dejar de soñar me
reencontraría con
la persona que debo de
ser.
A veces pienso que perder
es la baza habitual
en la que he de creer,
a la que jugar.
Pienso en asesinar a
este personaje
que sueña con
demasía.
Que lanza palabras en
forma de retos y relatos.
Que mal compone versos.
A veces la desesperanza
me puede.
Miro por el retrovisor de la
vida y guarecerse
a perecer detrás de
aquella última curva,
para no afrontar la
recta que se me abre
hasta el horizonte.
Anhelo ser
ese niño otra vez
capaz de imaginar
un mañana de esplendor.
El niño que robó
la paleta de pintor e
intentó a brochazos
gruesos al lienzo
de su vida dar color.
Pero el negro todo
lo consumió.
En un triste gris, como
mucho, se tornó.
A veces pienso en
desaparecer.
Al igual
que aparecía aquí.
una despedida frugal,
para no dejar escapar
ni una lágrima.
Ni un paso atrás.
A veces pienso en
despertar y ver
que todo esto no
fue más que una ilusión.
A veces pienso…
Cómo horadan el alma tus palabras. «A veces pienso que/
dejar de soñar me/
reencontraría con/
la persona que debo de
ser.»
Sí, en esos versos nos vemos reflejados todos en algún momento de la vida.
No se atreve uno a decirle nada al protagonista de tus versos, salvo, humildemente: persevera.
Un saludo y gracias por tu poesía.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Un poeta, con estos versos, no puede decir que debe dejar de soñar. No nos puede dejar sin sus letras.
Me gustaMe gusta